El palacio de Riofrio

El palacio de Riofrio. La gran promotora de este palacio fue la reina Isabel de Farnesio,  la esposa del rey Felipe IV, que quiso convertir el bosque de Ríofrío en un Real sitio tan importante como el del Pardo o el de San Idelfonso. Eligió para ello a un arquitecto poco conocido, Virgilio Rabaglio, que se manifestó como un gran artista ya que el palacio de Ríofrío es desde el punto de vista de la arquitectura una de las más hermosas residencias reales y el más romano de todos los palacios españoles con su línea sencilla y elegante más cercana al renacimiento  que al barroco.

El palacio de Riofrio, una obra de traza romana patrocinada por Isabel de Farnesio

Las obras se comenzaron en el año 1752, pero en 1753 el arquitecto es sustituido por Carlos Franquina, que a su vez, fue sustituido por Pedro Sermini y José Díaz Gamones. A pesar de tanto cambio, se siguieron fielmente los planos de Rabaglio.

El palacio de Riofrio, una obra de traza romana patrocinada por Isabel de Farnesio

En el año 1762 se finaliza la gran obra, aunque los reyes habían perdido interés por Ríofrío. Este edificio sufrió el abandonado tras la muerte de Isabel de Farnesio y fue utilizado como almacén de los demás palacios y cobijo de las partidas de caza que allí se celebraban. Posteriormente fue elegido por Alfonso XII para ahogar su dolor tras la muerte de María de las Mercedes en el año 1878, tras lo que el lugar se vio sumido en el abandono hasta su apertura al público en el año 1965, tras una importante obra de restauración.

Al exterior, el palacio de Riofrio es un gran cuadrado de 84 m de lado en el que se aprecian cuatro esquinas con un pequeño saliente, al estilo de las antiguas fortalezas. El zócalo, las aristas de las esquinas y los contornos de los vanos son de piedra de berroqueña, mientras que el resto la fachada es de mampostería enlucida de Rosa, que contrasta con el verde manzana de la carpintería.

El palacio está rematado por una cornisa volada que corona un ático en el que se alternan tramos de balaustre y de paramento liso con jarrones de flores labrados en piedra caliza.

El patio es un cuadrado de 30 m de lado, porticado por arcos de medio punto entre los que se adosan pilastras de orden toscano. En el interior hay una capilla destacable que es de planta elíptica y cuyo retablo fue trasladado a la catedral de Segovia para contener las reliquias de San Frutos en época de Carlos III.

La escalera principal está considerada por algunos autores como el ejemplar más logrado y completo del barroco español. Se la relaciona con el palacio de Madama de Turín y con el del palacio Aranjuez. Es una obra con una línea muy marcada francesa, de una traza muy académica.

Destacan las dependencias interiores, sobre todo el salón de recepciones con ricos tapices del siglo XVIII, dos salas con 150 cuadros de la vida de Jesús, una sala dedicada a Lucas Jordán, el comedor de gala, la cámara oficial, la sala de música de carácter isabelino o el dormitorio del rey Alfonso XIII.

El palacio de Riofrio, una obra de traza romana patrocinada por Isabel de Farnesio

®redactado por equipo editorial de urbanruta

El palacio de Riofrio

El palacio de Riofrio, una obra de traza romana patrocinada por Isabel de Farnesio