La evolución del confort en nuestro hogar
La evolución del confort en nuestro hogar
Si hay algo que caracteriza a la época en la que vivimos es la constante evolución; cada día nos despertamos con la noticia de algún avance tecnológico o un nuevo invento con el que modificar un poco más nuestra imagen establecida del mundo que nos rodea y con el que interactuamos.
Cómo evoluciona la tecnología para mejorar nuestros hogares
Uno de los principales territorios en el que la evolución ha hecho acto de presencia es en el hogar; puede que no seamos plenamente conscientes de ello, pero nuestras casas han cambiado mucho en un lapso de tiempo muy corto. Poco a poco, la tecnología ha ido ganando terreno en este espacio íntimo en el que pasamos buena parte de nuestras vidas, y lo ha hecho de forma progresiva; precisamente, una de las virtudes de todo aquello que nos facilita la vida es que apenas notamos su presencia, y quizás por esa razón no reparamos tanto en ello como podríamos pensar.
Pero ¿cuál es el futuro de nuestros hogares? ¿Cambiarán mucho las casas en los próximos diez, veinte, cincuenta años? ¿O se han implantado las bases de lo que podremos esperar a lo largo de las próximas décadas?
Si hay algo seguro, es que las viviendas parecen estar claramente orientadas a potenciar la domótica, es decir, la automatización de los diferentes recursos de un hogar que entrañan diferentes aspectos como la tecnología o la gestión energética. Apostar por estas técnicas, ya presentes en muchos hogares, que continuarán evolucionando y depurándose cada vez más, significa toda una serie de ventajas que no solamente implican al habitante del inmueble, sino que también se extrapolan al medio en el que vivimos.
Y es que automatizar buena parte de los sistemas de una casa no sólo nos ahorra un tiempo muy preciado, sino que también repercute de forma muy positiva en el ahorro de energía sin perder un ápice de rendimiento o eficacia (todo lo contrario). Programar diferentes mecanismos con los que interactuamos en nuestra vida diaria aumenta nuestra calidad de vida. Por ejemplo, gestionar de forma óptima un sistema de climatización nos servirá para controlar en gran medida el gasto energético destinado a este fin; eso ya sin contar que empleemos sistemas en base a energías renovables, como por ejemplo la aerotermia, donde el coste por consumo se minimiza en un 80%.
La tecnología también nos permite regular y programar la temperatura de nuestro hogar incluso si no nos encontramos en el inmueble; de esta manera, nos podemos asegurar de encontrar nuestra casa a la temperatura ideal sin desperdiciar energía ni producir innecesarios picos (tecnología inverter) que tanto daño hacen a nuestra factura de fin de mes.
Desde aparatos tradicionales a los que ya estamos más que acostumbrados (por ejemplo, los mandos a distancia) hasta termostatos y otros automatismos que nos permiten facilitar y hacer mucho más rápido el acceso a diferentes comodidades de nuestro hogar. Sensores que detectan nuestra presencia y que activan la calefacción o la luz sólo cuando nos encontramos dentro de una habitación facilitan que se gaste sólo lo justo innecesario, olvidándonos de problemáticas tan típicas como el dejar las luces de un cuarto encendidas o desperdiciar frío/calor en una estancia sin ocupar.
Estas y muchas otras mejoras del hogar permiten que realicemos un uso más responsable de la energía y que, por supuesto, disfrutemos de un mayor confort en el hogar.
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