Los materiales frios y los materiales calientes
Materiales calientes en construcción. ¿Qué son los materiales calientes en construcción? Probablemente hayas oído hablar alguna de vez de los materiales calientes y los materiales fríos, sobre todo cuando estas buscando como reformar tu vivienda y cambiar los suelos.
Los materiales se han denominado popularmente calientes o fríos en función a la rapidez de estos para captar o ceder calor, así pues, hay materiales que se calientan o enfrían muy rápidamente como los metales (conocidos como materiales frios) y otros como las madera que lo hacen más lentamente (materiales calientes).
Conductividad de los materiales. aplicaciones en la construcción
Esta característica de los materiales que mide la velocidad de calentamiento de un material es lo que se conoce físicamente como difusividad térmica. Pero cuidado, porque los materiales tienen otra serie de características que pueden engañarte a simple vista, por ejemplo, su densidad. Esto hace que materiales que puede pensarse que actuarán de la misma forma como la mayoría de aislantes, en realidad no lo hagan desde el punto de vista de la velocidad con la que captan el calor.
¿Es bueno combinar madera (material caliente) y suelo radiante?
Es muy frecuente que se confundan ciertas cualidades de los materiales y se “engañe” a la gente con argumentos que no son del todo ciertos. Por ejemplo, hay veces en las que se vende la madera como material aconsejable con el uso de suelos radiantes por considerar que esta capta y cede muy lentamente el calor y por lo tanto es bueno combinar madera y suelo radiante, porque en realidad no malgastamos energía. Esto es una verdad a medias, porque si es cierto que la madera tarda mucho en calentarse y cuando lo hace desprende lentamente el calor, pero la pregunta sería ¿cuánto calor es capaz de acumular la madera? Y la respuesta es que muy poco, y por lo tanto no me interesa utilizarlo con un suelo radiante porque malgastaré energía. Es más lógico utilizar un material que acumule mucho calor y que lo desprenda rápida o lentamente, pero que no lo desperdicie. Digamos que lo mejor es un material denso y con mucha masa como la piedra.
En cuanto a los materiales calientes, se les llama así porque a simple vista son materiales que al tocarlos dan una sensación de calidez, ¿Y por qué? La respuesta es muy sencilla. Los materiales calientes, al captar y ceder el calor muy lentamente les cuesta adaptarse a la temperatura exterior. Por ejemplo, supongamos que tenemos un suelo de madera en una habitación a una temperatura de 22 °C, y de repente la temperatura baja a 10°C, como la madera tarda mucho en ceder el calor, al tocarla sentiremos que todavía esta a 22°C, es decir, sentiremos un material caliente. En un caso opuesto, por ejemplo si tenemos un metal, considerado un material frio por su alta efusividad térmica o alta capacidad para ceder o captar calor, como rápidamente se enfriará tendremos una sensación al tocarlo de frialdad y por eso lo denominamos material frio.
Lo cierto es que la sabiduría popular ha sabido utilizar cada material en su debido contexto. Hoy conocemos el por qué de esos comportamientos y gracias a ellos podemos optar por un abanico más amplio de materiales. Esto, también se puede convertir en una desventaja, ya que a veces se nos engaña con argumentos sin sentido. Por ejemplo, es cierto que la piedra tiene gran inercia térmica y acumula mucho calor, de hecho, siempre se nos pone el ejemplo de las catedrales, donde siempre se percibe una temperatura fresca, tanto en invierno como en verano. Pero cuidado, no es lo mismo una pizarra que una arenisca o un granito o una piedra pómez. Su comportamiento puede ser radicalmente distinto.
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