El hormigón biológico, un sustituto a las fachadas vegetales
Un hormigón biológico para fachadas vegetales. Estamos acostumbrados a ver fachadas vegetales realizadas a partir de plantaciones ancladas en soportes independientes de la estructura del edificio, a veces con cultivos mediante técnicas convencionales y otras veces con cultivos hidropónicos, pero los investigadores de la UPC están buscando alternativas basadas en el uso de un material tan común en la construcción como el hormigón.
El hormigón biológico para fachadas vegetales se basa en un hormigón desarrollado a partir de dos materiales basados en el cemento: por un lado el hormigón convencional carbonatado, basado en el cemento Portland, con un pH alrededor de ocho, y un segundo material realizado a partir del cemento de fosfato de magnesio, que es ligeramente ácido.
El hormigón biológico, un hormigón que permite que crezcan organismos vegetales en él.
El uso del fosfato de magnesio para el hormigón es ya conocido para otro tipo de aplicaciones como los hormigones de fraguado rápido, hormigones que se utilizan para todo tipo de obras cuando se necesita alcanzar una determinada resistencia estructural en un corto periodo de tiempo. El hormigón basado en el fosfato de magnesio se utiliza también como cemento en el ámbito de la medicina y la odontología, en empastes, endodoncias, etcétera.
Un hormigón biológico para fachadas vegetales. El hormigón biológico es un sistema multicapa vertical que se comporta como soporte biológico natural al crecimiento y el desarrollo de ciertos organismos: algas, hongos, líquenes o moluscos. Lo que se busca con el hormigón biológico es favorecer el crecimiento de todo tipo de organismos vegetales en el hormigón mediante un proceso natural de colonización, consiguiendo de esta manera el revestimiento exterior sea una capa vegetal.
El hormigón biológico para fachadas vegetales se obtiene modificando el pH del hormigón y otros parámetros como la porosidad y la rugosidad superficial, de esta manera se obtiene un elemento multicapa que consta de tres láminas: la primera es una capa de impermeabilización que separa el hormigón biológico del hormigón estructural, impidiendo de esta manera el paso del agua para evitar que se deteriore el hormigón que actúa como elemento resistente, una segunda capa, que sería la capa biológica, ya que permite la colonización y la acumulación de agua en su interior para el crecimiento de distintos organismos, y por último una capa de revestimiento, que funciona como impermeabilización inversa, ya que permite la entrada del agua de la lluvia hacia el interior pero evita que ésta se pierda.
El hormigón biológico para fachadas vegetales ofrece una serie de ventajas que va mas allá de los requerimientos estéticos:
-Una fachada vegetal ofrece mejoras desde el punto de vista térmico, regulando la temperatura interior del edificio.
-La fachada vegetal permite absorber y reducir el CO2 de la atmósfera.
-La fachada vegetal aporta humedad al ambiente, lo que ayuda a regular la temperatura en los periodos de verano, ayudando a un enfriamiento natural los espacios exteriores.
El hormigón biológico para las fachadas vegetales supone un avance muy importante en el mundo de la arquitectura bioclimática, ya que a diferencia de las fachadas vegetales tradicionales, en este caso el revestimiento funciona como un elemento homogéneo, mejorando de esta manera su mantenimiento.
Por último, las fachadas vegetales realizadas a partir de hormigón biológico ofrecen un acabado estético muy interesante y orgánico, que va variando a lo largo del año y según las estaciones, cambiando su color y su textura según la estación.
Fuente: UPC
El hormigón biológico, un sustituto a las fachadas vegetales
El hormigón biológico, un hormigón que permite que crezcan organismos vegetales en él.