Contraventanas

Contraventanas. Las contraventanas son elementos utilizados en nuestros edificios desde hace muchísimo tiempo.   Su función principal es la de evitar la entrada excesiva de luz y la radiación solar, y por lo tanto, evitar de esta forma un sobrecalentamiento en los meses de verano en los interiores de nuestros edificios.

Las contraventanas son las antecesoras de las persianas. La función de estas últimas es exactamente la misma que la de la compraventa, la única diferencia es el sistema de apertura.

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Las contraventanas son elementos más o menos fijos, lo que las hace más incómodas de utilizar que las persianas. Desde el punto de vista funcional y de utilización, una contraventana presenta una serie de inconvenientes frente a la persiana,  la contraventana no suele permitir tener distintas posiciones, y por consiguiente graduar la entrada de luz. Esto hace que haya perdido popularidad frente al uso de las persianas.

Ventajas del uso contraventanas. Las contraventanas son elementos que utilizados correctamente, pueden suponer grandes ventajas desde el punto de vista de la eficiencia energética, desde el punto de vista estético, e incluso desde el punto de vista de la seguridad, ya que pueden suponer una barrera que impida la entrada a nuestras viviendas por las ventanas.

Las contraventanas se pueden colocar en la cara exterior o interior de la fachada. En lugares donde los veranos son muy calurosos, la contraventana se debe colocar al exterior. De esta manera, conseguiremos crear una barrera que impedirá la entrada de la radiación solar y por consiguiente el sobrecalentamiento de la cámara de aire que hay entre el vidrio y la contraventana.

En climas templados o fríos, la contraventana tradicionalmente se coloca al interior, de esta forma creamos una cámara de aire donde se produce el efecto invernadero. El sol calienta el aire que hay entre la contraventana y el vidrio, de manera que se va transmitiendo ese calor al interior de manera gradual, al mismo tiempo, la contraventana se calienta poco a poco y puede ir cediendo el calor, gracias a su inercia térmica, hacia el interior de la vivienda.

Por otro lado, la contraventana, si está bien aislada, supone un aislamiento térmico que aumenta la resistencia global de la fachada.

En conclusión, el uso de las contraventanas puede ser una inteligente estrategia desde el punto de vista de mejorar el aprovechamiento energético en nuestros edificios, así como incorporar un  elemento a las fachadas que contribuya a mejorar su imagen estética.

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®redactado por equipo editorial de construcción.vilssa