Cómo revalorizar una vivienda para la venta.

Muchas veces tenemos un piso o casa heredado, o alguna propiedad vieja adquirida como inversión y nos proponemos venderla. Aquí es cuando surge la pregunta de si es mejor venderlo tal cual está, o si es mejor reformarlo para que así tenga más valor.

Imagina que quieres vender casa en Valencia o en alguna otra gran ciudad, donde generalmente las viviendas antiguas tienen puertas de modelos pasados de moda y ventanas que dejan pasar el frío, pues cambiar las carpinterías por unas más eficientes o pintar las puertas para que vayan más con las tendencias actuales, puede ayudarte a darle un aire más rejuvenecido a la vivienda.

Si quieres vender piso en Barcelona, por ejemplo, que por lo general al ser antiguos tienen baños y cocinas obsoletos, desgastados y desfasados, hacer una reforma para cambiarlos puede ayudarte a revalorizar tu propiedad.

Si reformas tu vivienda, puedes conseguir que su valor en el mercado suba hasta un 20%. En este post te damos 7 consejos para conseguir revalorizar tu vivienda.

Aunque no lo creas, reformando cocinas y baños, cambiando las carpinterías y suelos, puedes hacer parecer tu vivienda como nueva, y subir hasta un 20% su valor en el mercado. 

Pero ojo, debes reformar pensando en que el nuevo inquilino tendrá sus gustos y preferencias, y que posiblemente quiera realizar cambios en la vivienda, por lo que no debes de pasarte con la reforma, debe ser lo justo como para que parezca nueva, pero no tanto como que no deje margen al comprador para modificar a su gusto. Si el comprador ve una casa totalmente terminada y tenía planes de reformarla de una manera distinta, puede que no valore la inversión que hayas hecho en ella.

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Si te emocionas demasiado con la reforma puedes pasarte y terminar gastando más de lo previsto, lo que puede ser un problema y terminar perdiendo dinero. Asi que ten cuidado. 

A continuación, te damos algunos consejos sobre cómo proceder para realizar las modificaciones necesarias para revalorizar tu vivienda sin pasarte:

1. Lo primero que debes de hacer cuando te propones vender, es averiguar el precio real de tu propiedad en el mercado. De esta manera evalúas si te merece la pena embarcarte en una reforma, o con un simple lavado de cara es suficiente. Esta evaluación la pueden hacer empresas especializadas o inmobiliarias. 

2. Evalúa las condiciones reales en la que se encuentra la vivienda. Fíjate en el deterioro del tiempo, pero también en la funcionalidad. Organiza en orden de prioridad los fallos desde los más graves hasta los puramente estéticos.

3. Cambia las puertas y suelos. Los colores y materiales de las puertas y suelos dan una gran pista de la edad de la vivienda. Elige tonos claros y más modernos. Si las puertas son de madera maciza, es mejor lijar y pintar que cambiarlas, pues posiblemente sean de mejor calidad que las que encuentres baratas en el mercado.

4. Cambia los baños y cocinas. Si la vivienda tiene dos baños, lo suyo es que uno tenga ducha y el otro bañera. De esta manera consigues cubrir todas las necesidades. Aunque las duchas son perfectas para adultos y mayores, las familias con niños siempre agradecerán contar con una bañera. En cuanto a la cocina, cambiar el material de la encimera, los armarios y el recubrimiento de las paredes da un cambio radical a la casa. Elige muebles modernos, simples y más funcionales con respecto al espacio.

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5. Elimina el gotelé. Muchas de las viviendas antiguas tienen sus paredes recubiertas con gotelé, por lo que una de las primeras cosas por las que habría que decidirse es por alisar y pintar de blanco las paredes.

6. Cambia las ventanas. Si las ventanas de la vivienda no aíslan correctamente, el gasto de los servicios se dispara. Elige unas que además de darle un toque renovado, aíslen lo suficiente. Esto no es de lo más importante, pero si entra dentro de tu presupuesto, ayuda mucho a que la vivienda rejuvenezca.

7. Elige un estilo neutro para el mobiliario fijo. No te dejes llevar por tus gustos, recuerda que estas reformando para vender, no para vivir en la casa. Decídete por tonos neutros, líneas simples y minimalistas.