El origen de la arquitectura del renacimiento

El origen de la arquitectura del renacimiento. El hombre y el artista medieval habían vivido permanentemente en un mundo disociado entre lo divino y lo humano. Un mundo donde Dios era incuestionable y donde el hombre estaba sometido al poder de Dios y la iglesia.

En este breve artículo sólo queremos hacer una pequeña reseña de porqué el renacimiento nace en Italia y a que debe su estética formal.

El origen de la arquitectura del renacimiento, el románico italiano

El origen de la arquitectura del renacimiento ahonda sus raíces en una cultura que nunca olvidó la huella del arte y la vida del Imperio Romano. A diferencia de otros países europeos, en Italia durante la edad media, el poder político no se acumuló en manos de poderosos reyes, en Italia la organización política y social estuvo marcada por el poder a pequeña escala de grandes familias sobre inmensos territorios.

Por un lado, esto pudo propiciar cierta libertad y flexibilidad a la hora de adoptar criterios, pautas, sistemas de gobierno y por supuesto, distintas estéticas y estilos a la hora de levantar los grandes edificios e iglesias. No existía un poder central que marcarse una línea de vida o un estilo arquitectónico igual para todos.

En Italia la vida cotidiana transcurrirá al lado de ruinas, vestigios del Imperio Romano y grandes ejemplos de la arquitectura clásica. Mientras que en Francia se estaba desarrollando nuevos sistemas constructivos que permitían aumentar las alturas de las iglesias y abrir grandes espacios, en Roma existía un gran edificio, el Panteón,  cuya cúpula ridiculizaba a la mayor de las catedrales góticas.

La arquitectura gótica nunca cuajó en Italia como lo hizo en otras partes de Europa, el románico, que era una arte  más cerca de la estética clásica que de la estética gótica, continuó evolucionando y desarrollándose en Italia de manera continua hasta bien entrado el siglo XIV.

El arco de medio mundo, las columnas,  los capiteles y los frontones de los templos romanos seguían  apareciendo en las iglesias románticas italianas, casi de la misma forma que  en el siglo primero d. C. Durante casi 1000 años, en Italia, la Arquitectura mantuvo la misma estética formal y tan sólo varió las formas y distribuciones en planta de los edificios o los sistemas constructivos que permitirán mayores alturas.

Por que a los ojos de los inexpertos, arquitecturas como la catedral del Pisa, resultan a veces confusas, el observador no sabe si está frente a una obra renacentista o frente a una obra del románico italiano.

®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa