Arquitectura de molinos de agua

Arquitectura  de molinos de agua. Los molinos de agua, al igual que los molinos de viento, son un ejemplo de cómo la arquitectura se puede, no solo adaptar al entorno  que le rodea, sino aprovechar los recursos que gratuitamente este nos ofrece.

A diferencia de los molinos de viento, los molinos de agua no han tenido una evolución  en el tiempo que haya consolidado una industria moderna basada en la obtención de energía gracias a la fuerza del agua. Excluyendo, claro está, a las centrales hidroeléctricas, cuyo tamaño y escala escapa por completo a la posibilidad de fomentar este tipo de producción de energía a nivel doméstico.

Arquitectura de molinos de agua, descripción de los tradiccionales molinos de agua

Los molinos de agua trabajan por medio de saltos de agua, mientras más alta sea esta caída mayor potencia tendrá el molino. El agua pasa a través de unos tubos fabricados tradicionalmente de ladrillo, y terminaba moviendo unas aspas que eran las que, originalmente molían el trigo y posteriormente generaban electricidad.

Desde el punto de vista arquitectónico, los molinos de agua son el perfecto ejemplo de combinación entre construcción popular y máquina, ya que la una no tendría sentido sin la otro.

Los molinos de agua se adaptan perfectamente a la topografía del lugar,  integrando el paisaje en la configuración del propio edificio. A la vez servian de residencia de los molineros,   por lo que tenían que resolver  las exigencias derivadas de la vida cotidiana de sus ocupantes.

Los materiales tradicionales de los molinos de agua son la piedra y la madera. La estructura es de muros de mampostería, y la cubierta es a dos aguas y compuesta por vigas de madera apoyadas en los muros piñoneros.

Uno de los principales inconvenientes de los molinos de agua es el relativo a los problemas derivados de las humedades. Es por ello que los muros son fundamentalmente de piedra.

Actualmente este tipo de arquitectura ha quedado reservada a edificios singulares, o bien casas rurales que hacen de los molinos de agua su principal atractivo turístico.

En todo caso, estamos seguros de que este tipo de arquitectura popular puede ser la base del diseño de nuevos edificios sostenibles y adaptados al entorno. El aprovechamiento de la fuerza del agua puede, sin duda, suplir la producción de energía por otros medios menos sostenibles, aunque claro está, estaremos siempre condicionados a disponer de este recurso.

®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa