Climatizar gracias a la arquitectura pasiva

Hoy en día se ha convertido en una prioridad la eficiencia de nuestras casas. Reducir el consumo energético que necesitan para darnos el confort deseado y además sin depender tanto de fuentes de energía externas. Además, debemos ser conscientes que el 20% de la contaminación ambiental proviene de nuestras viviendas. No son solo los vehículos, el transporte ni las industrias. Todos somos responsables del cambio climático.

arquitectura pasiva

La arquitectura pasiva intenta imitar las construcciones antiguas, en las que vivieron nuestros abuelos. Viviendas con gruesos muros, que aprovechaban las corrientes de aire para ventilar y climatizar. Y, sobre todo, utilizaban materiales disponibles en las cercanías. De esta forma, se intenta cambiar el modelo constructivo de la gran masificación que se desarrolló en el siglo XX. De ahí surge el denominado Passivhaus

Debemos ser conscientes que el 20% de la contaminación ambiental proviene de nuestras viviendas. No son solo los vehículos, el transporte ni las industrias. Todos somos responsables del cambio climático.

¿Qué es el Passivhaus o arquitectura pasiva?

Antes de hablar más de la arquitectura pasiva debemos definir qué es el Passivhaus. Cuando se habla de este término, se hace referencia a un estándar o modo de construcción de edificios y viviendas que busca la máxima reducción de consumo energético. Obviamente, manteniendo los niveles de confort exigibles a cualquier edificación, sea vivienda, oficina o dedicada a otros usos.

Este concepto constructivo es muy antiguo, aunque no fue hasta la década de los años 80 del siglo pasado cuando se acuñó con el nombre de Passivhaus. Fue en Alemania, donde Wolfgang Feist y Bo Adamson establecieron la definición de una vivienda con arquitectura pasiva o bioclimática. Esta debía asegurar el confort en invierno, volviendo a los conceptos iniciales de la arquitectura pasiva e implementando nuevos conceptos cómo la ventilación de doble flujo con recuperación de calor

passive house

¿Cómo reducir al mínimo el consumo de energía?

El objetivo inicial de la arquitectura pasiva no es eliminar los sistemas de calefacción o climatización convencionales. Sin embargo, intenta que el consumo de estos sea mínimo. Y por supuesto, dejar de utilizar combustibles fósiles, para centrar la poca energía que necesite una vivienda en las renovables. Es por eso que la energía fotovoltaica y la aerotermia van a jugar un papel importante en las viviendas del futuro.

Para conseguir que el consumo energético de una vivienda o edificio sea mínimo, el diseño de esta debe ser adecuado al terreno y lugar donde se va a construir. Es decir, el arquitecto debe analizar y conocer la ubicación y analizar como aprovechar la climatología para beneficio del edificio. Algo que hasta hace pocos años ni se valoraba, simplemente se metía hormigón y ladrillo sin meditar como afectaba el entorno.

La arquitectura pasiva tiene en cuenta varios factores para adecuar el edificio a las condiciones y hacer que estas sean lo más favorables posible. Estos factores son:

  • El mejor aislamiento posible

Este debe ser lo más natural posible, es decir, con materiales orgánicos, reutilizados o reciclados. Al mismo tiempo, el aislamiento debe permitir una buena circulación del aire.

  • La orientación

Hasta hace poco se valoraba que las habitaciones principales estuvieran orientadas a la calle o entrada principal de la vivienda. Con la arquitectura pasiva eso ya no tiene importancia. Lo que realmente importa es aprovechar la incidencia del sol para mejorar la climatización de esas habitaciones.

orientacion casa pasiva

  • La exposición a la luz solar

Gracias a disponer de ventanas con gran aislamiento se puede potenciar la iluminación natural. Algo que hasta hace unas décadas se evitaba para no tener perdidas de calor, ahora es posible. Por ello se agrandan las ventanas, sin embargo, se las dota de aleros que generen sombra en verano, cuando el sol incide más verticalmente.

  • La ventilación natural cruzada.

Aprovechar las corrientes de aire de forma que recorran dota la vivienda, no solo para ventilar, sino también para climatizar, aprovechando su temperatura para refrescar el interior de la casa

Las energías renovables como apoyo a la Passivhaus

Aunque la filosofía de la arquitectura pasiva es aprovechar los recursos constructivos para que no se necesite ninguna energía auxiliar, esto es muy difícil. Los expertos en arquitectura bioclimática aseguran que con este tipo de construcción en España se puede reducir el consumo energético de una vivienda en un 60%. Sin embargo, aún seguimos necesitando un 40% de energía auxiliar. Si se potencian más las características constructivas, se podría aumentar la diferencia y llegar a un 70% de reducción.

Ante la necesidad de cubrir aún una parte de la energía que necesita la vivienda, se recurre a las energías renovables. Los paneles fotovoltaicos nos ayudan a generar la electricidad que necesita el edificio, tanto para la climatización, como en el resto de electrodomésticos e iluminación. Con un sistema de climatización con bomba de calor y un suelo radiante, se puede aprovechar para calentar en los días más fríos del invierno. Además, en verano se invierte el ciclo de la aerotermia, generando frío que se difunde bien con fancoils o por el suelo refrescante.

Con la combinación de los tres elementos podemos llegar a conseguir viviendas energéticamente independientes. Con la arquitectura pasiva reducimos las necesidades de energía. Con la fotovoltaica nos autogeneramos la electricidad que necesita el edificio. Con la aerotermia climatizamos de la forma más eficiente, la parte que el aislamiento y otros elementos arquitectónicos no consiguen aclimatar.

Climatizar gracias a la arquitectura pasiva

Debemos ser conscientes que el 20% de la contaminación ambiental proviene de nuestras viviendas. No son solo los vehículos, el transporte ni las industrias. Todos somos responsables del cambio climático.