Una forma sostenible de crear energía en los lugares más pobres.
Una forma sostenible de crear energía en los lugares más pobres. Uno de los grandes problemas que existen en las comunidades pobres, tanto en ambientes rurales como en ambientes urbanos, es la dificultad para obtener energía, una energía que se utiliza básicamente en iluminación y en tareas tan sencillas como poder cocinar los alimentos.
Si bien en muchas zonas prescinden de la luz eléctrica para iluminar sus hogares, el proceso de cocción de alimentos continúa siendo una prioridad, que en muchos casos se resuelve con técnicas tan tradicionales como la combustión de leña o carbón, que a parte de ser muy poco sostenible, es bastante molesta y peligrosa desde el punto de vista de la salubridad.
El biogás puede ser una forma sostenible y barata de llevar energía a los más pobres.
Una forma sostenible de crear energía en los lugares más pobres. Una mochila de gas.
Las mochilas inflables son un proyecto desarrollado por una universidad alemana y que persigue el poder suministrar energía en forma de biogás a las comunidades más remotas y pobres de distintos lugares del planeta. El biogás se utiliza fundamentalmente para poder cocinar o incluso iluminar el interior de los hogares, a diferencia de otro tipo de combustibles como la madera y el carbón, el biogás se puede obtener de los excrementos de distintos animales y el desecho de las plantas, convirtiéndose en una alternativa muy barata y asequible a mucha gente, que pueden de esta forma obtener energía barata y ecológica.
Sin embargo, el proyecto de las mochilas inflables con biogás tiene algún inconveniente: por un lado su producción necesita un procesador, y por otro lado, hay que resolver la cuestión de poder transportarlo de manera sencilla y segura. El procesador, que resulta inicialmente bastante caro, podría ser financiado por pequeñas comunidades o cooperativas que a su vez podrían obtener ayudas de organismos internacionales.
La segunda cuestión que hay que resolver es la del transporte y la seguridad, para ello una estudiante alemana de la Universidad de Hohenheim ha ideado un sistema muy sencillo y funcional que se denomina mochilas inflables, y que son capaces de transportar hasta 1,2 m³ de gas de forma segura. Un volumen suficiente para cocinar un par de días.
El sistema es muy eficiente y económico, ya que el procesador de biogás necesita alrededor de 50 kg de excrementos de vaca para generar 2,5 m³. Éstos excrementos pueden utilizarse posteriormente como material orgánico de abono. El sistema, planteado por la estudiante alemana, incluye también un pequeño hornillo que viene ya preparado para conectarse directamente a la mochila de gas.
El sistema se está implantando de forma experimental en Etiopía, Kenia y Tanzania, el único inconveniente que presenta es que la producción de biogás, o mejor dicho la cría del ganado demanda grandes cantidades de agua, lo que en zonas secas de ciertas partes de África puede ser un handicap desde el punto de vista de la sostenibilidad.
Una forma sostenible de crear energía en los lugares más pobres.
El biogás puede ser una forma sostenible y barata de llevar energía a los más pobres.