El pueblo de Arévalo. Morada de la reina Isabel la católica

El pueblo de Arévalo. Morada de la reina Isabel la católica. El pueblo de Arévalo gozó de gran importancia en la alta edad media, cuando los moradores de la corte acostumbraban a moverse por estos pueblos de la tierra castellana.

El pueblo de Arévalo. Morada de la reina Isabel la católica. Un pueblo que destaca por su arquitectura mudejar

Arévalo es un núcleo fundamental de la arquitectura románico mudéjar castellana y está declarada conjunto histórico artístico. Una gran lista de nombres adorna su pasado: María de Molina, Juana Manuel, Beatriz de Portugal, Leonor de Aragón, Blanca de Navarra y la propia Isabel la Católica, que junto a otros miembros de la realeza, moraron en su castillo.

El pueblo de Arévalo. Morada de la reina Isabel la católica. Un pueblo que destaca por su arquitectura mudejar

Cierto es que esos tiempos han pasado y hoy en día sólo nos quedan los restos arquitectónicos de casas, iglesias y palacios.

El pueblo de Arévalo, capital de la comarca de la Moraña se asienta junto un cerro al pie de la confluencia de los ríos: el Adaja y el Arevalillo. Fue repoblada a partir del año 1088 por Raimundo de Borgoña, y se convirtió en la cabecera de las tierras de la Maraña gracias al prestigio militar de sus cinco viejos linajes: los Montalvo, los Verdugo, los Briceño, los Tapia y los Sedeños. Cuentan las crónicas que su participación fue heroica en la batalla de las Navas de Tolosa, y así lo refleja el escudo de Arévalo que nos muestra a un caballero muy festivo y galán saliendo por la puerta del castillo a lomos de un corcel.

El  pueblo de Arévalo es testigo a partir del siglo XIV  de una serie de acontecimientos históricos que tiene como protagonistas algunos nombres ilustres, quedan sin embargo otros importantes personajes que añadir a su historia, de hecho aquí pasó su juventud San Ignacio de Loyola y aquí murió en el año 1496 Juana la loca y Doña Germana de Foix, segunda mujer de Fernando el católico.

El pueblo de Arévalo. Morada de la reina Isabel la católica. Un pueblo que destaca por su arquitectura mudejar

En la guerra de las comunidades Arévalo se alineó con el bando monárquico y formó  huestes a las órdenes de Antonio Fonseca para combatir a las tropas de los comuneros que se habían sublevado en Medina del campo. Aunque, después de tanto guerrear, Arévalo se convierte en un pueblo labrador.

Su alargado núcleo urbano consta de una sucesión de plazas dotadas de gran personalidad y presididas por hermosos templos mudéjares. Entre ellas destacan la de la Villa, una auténtica joya de la arquitectura castellana con soportales de columnas de piedra y madera, o la del Arrabal, donde el pueblo abandona la línea de su muralla para hacerse un poco más moderno. También tenemos la plaza del Real, donde se encuentra el Ayuntamiento.

Entre su arquitectura eclesiástica destacan la iglesia de San Martín, al este de la plaza de la Villa, con dos magníficas torres gemelas y un gran atrio. Frente a ella, Santa María la mayor, con una alta torre junto a un espectacular ábside mudéjar. También destacamos la iglesia de San Miguel con una cabecera plana y reformada a finales del siglo XV, en cuyo interior destaca un retablo dedicado a San Miguel.

Pero existen también otros lugares de interés para todo el que visita el pueblo de Arévalo: la iglesia de Santo Domingo, con un estupendo ábside recorrido en su longitud por esbeltos arcos, o la casa de los Sexmos, donde tenía lugar las reuniones de quienes administraba los bienes comunales de la Villa.

Destaca en la historia de Arévalo su castillo, situado en el altozano bajo en el cual se unen  el Arevalillo y Adaja, es un edificio de factura mudéjar, de planta poligonal con torres en los vértices y una espectacular torre del homenaje.

Entre sus muros se guardan importantes recuerdos de la historia de nobles biografías, pues fue cárcel de nobles y en el pasó gran parte de su infancia la reina Isabel la Católica.

Y por último, para aquellos que les guste el buen comer, la estrella de la gastronomía local es el famoso tostón de Arévalo, un lechoncito de entre 15 y 17 días  cuya madre debe ser alimentado con pienso, trigo o cebada para que el lechón mame de la mejor leche.

El pueblo de Arévalo. Morada de la reina Isabel la católica. Un pueblo que destaca por su arquitectura mudejar

 ®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa

El pueblo de Arévalo. Morada de la reina Isabel la católica

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