Ventilar ahorrando en calefacción
Cada vez somos más conscientes de la importancia de tener unas viviendas más eficientes y saludables. Esto nos ha llevado a muchos a buscar soluciones para ventilar nuestras viviendas sin perder la energía empleada en calefactarlas o climatizarlas. Aquí entra en juego el recuperador de calor entálpico.
¿Qué es un recuperador de calor entálpico?
Cuando ventilamos, nuestra intención es llevar el aire viejo y cargado fuera, para dejar entrar aire fresco en nuestra casa. Sin embargo, no solo intercambiamos el aire y dejamos entrar una brisa nueva cargada de oxígeno, sino que entra polvo, polen y humedad.
La reciente pandemia que hemos sufrido, en la que nos hemos visto obligados a pasar mucho más tiempo que el habitual en nuestras casas. Junto con la crisis energética y la subida generalizada de precios, hace que nos preocupemos mucho más por los gastos domésticos. Pero, ¿qué es un recuperador de calor entálpico?
Es por ello que los equipos que regulan la entrada de aire son tan importantes. Estos aparatos se denominan recuperadores de calor entálpicos. Con ellos también regulamos la humedad y diluimos la concentración de contaminantes en la vivienda. Pero, ¿Cómo funciona un recuperador de calor entálpico?
¿Cómo funciona un recuperador de calor entálpico?
Un recuperador entálpico está diseñado y construido como dos conductos que conectan el interior de la vivienda con el exterior. Cada uno de estos conductos sirve para crear una corriente de aire entre el interior y el exterior de la vivienda. Sin embargo, uno de ellos en una dirección y el otro en la contraria, de modo que la misma cantidad de aire que sale por un lado, entra por el otro.
Estos equipos disponen de tres elementos muy importantes:
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Un control de temperatura y humedad:
Los recuperadores de calor entálpico disponen de un sistema de control mediante sondas de temperatura y humedad, que controlan constantemente el aire en el interior y en el exterior. De esta manera se activan o desactivan en función de la calidad del aire interior.
Además, suelen disponer de un sistema de conexión a los equipos de climatización como bombas de calor, de modo que se informan mutuamente cuando se produce una renovación de aire y, por lo tanto, una pérdida de energía, aunque pequeña. De este modo, la bomba de calor sabe que debe ponerse en marcha para aportar la pequeña perdida de energía producida.
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Un intercambiador de calor:
El intercambiador de calor facilita el intercambio de temperatura entre el aire que entra y el aire que sale, pero sin mezclarlos. De esta forma se recupera la temperatura que le hemos aportado al aire interior de la vivienda mediante nuestro sistema de calefacción o climatización. Esta temperatura es transferida al aire que entra por el otro conducto.
Si ventilamos abriendo las ventanas, renovamos el aire, sin embargo, también perdemos toda la energía que hemos aportado a ese aire para climatizar la vivienda. Gracias a un recuperador de calor entálpico, gran parte de esa energía es transferida al aire que entra. Se estima que con estos equipos se recupera y, por tanto, se ahorra hasta un 70 % de la energía de calefacción o refrigeración.
El núcleo de algunos modelos de recuperador es esencialmente un diafragma de papel especialmente procesado que separa completamente los suministros de aire de entrada y de salida. De esta forma se garantiza la introducción de aire fresco en el ambiente interior.
Los poros microscópicamente pequeños del diafragma reducen la velocidad de paso de los gases solubles en agua, como el amoníaco y el hidrógeno. El papel especialmente procesado que se utiliza para fabricar el núcleo se ha desarrollado con características de alta permeabilidad a la humedad. Esto que favorece la transferencia de humedad y mejora la eficacia del apantallamiento de gases no deseados, dando como resultado una transferencia de energía altamente eficaz.
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Varios filtros de impurezas:
Dentro de los equipos de recuperación hay habilitados unos espacios para la colocación de filtros de impurezas. Estos impiden el paso de pequeñas partículas como polvo, polen y otro tipo de suciedad. De manera que se garantiza que el aire que entra en la vivienda es completamente limpio.
Estos filtros se pueden cambiar, tanto para sustituir los que están sucios, como para incorporar filtros más eficaces, según la temporada. Por ejemplo, durante el invierno podemos tener un filtro más suave, en cambio, al llegar la primavera nos puede interesar colocar un filtro de mayor filtraje, para evitar que el polvo entre en la casa.
Gracias a los filtros incorporados, se pueden filtrar del aire el polvo fino, los alérgenos, los olores e incluso los virus. Además, los sistemas de filtro de aire regulan la humedad del aire, lo que evita la formación de moho y protege los muebles y otros accesorios de la vivienda de los daños causados por la humedad.
Ventilar ahorrando en calefacción
La reciente pandemia que hemos sufrido, en la que nos hemos visto obligados a pasar mucho más tiempo que el habitual en nuestras casas. Junto con la crisis energética y la subida generalizada de precios, hace que nos preocupemos mucho más por los gastos domésticos. Pero, ¿qué es un recuperador de calor entálpico?