El urbanismo orgánico
El urbanismo orgánico frente al urbanismo moderno. El urbanismo de nuestras ciudades se fundamenta hoy en día en el estudio racional de distintas variables: la movilidad, la densidad, los espacios verdes, los espacios públicos y dotacionales y los condicionantes económicos. En la mayoría de los casos, nuestras ciudades actuales son el fruto de la predominancia de alguna de estas variables.
Muchos de nosotros consideramos que la ciudad actual debe ser funcional, y dejamos los conceptos estéticos de belleza para la ciudad anterior, que en muchos casos, la administración se ha encargado de explotar desde un punto de vista económico, convirtiendo los cascos antiguos en espacios dedicados exclusivamente al comercio y al turismo.
ensayo sobre el urbanismo orgánico. Qué es y que significa
Frente a esta forma de entender el urbanismo y el diseño de nuestras ciudades, encontramos lo que denominamos urbanismo orgánico, un diseño de la ciudad en el que la medida y el fin es el ciudadano, con sus necesidades, preferencias y condiciones.
El urbanismo orgánico, que podríamos creer que es el urbanismo de la ciudad anterior, no es una forma romántica de entender la ciudad. El urbanismo orgánico debe perseguir el diseño de una ciudad en la que todas las partes surjan de un estudio global de las variables que condicionan la vida cotidiana de las ciudades y de las personas que la habitan.
El urbanismo orgánico entiende la ciudad como una obra y no como un producto, es decir, la ciudad no es un medio para lograr beneficios económicos, no es un producto financiero o especulativo y tampoco puede ser la respuesta a un problema concreto que nace de intereses particulares, por ejemplo, una autopista que se hace necesaria para descongestionar la aglomeración que se produce en una parte de la ciudad diseñada como contenedor de una gran superficie comercial.
La ciudad orgánica dará siempre respuesta necesaria a las necesidades de los ciudadanos, de la sociedad, pero no a las exigencias particulares de los intereses de unos pocos.
No hace falta irnos muy lejos para ver como el urbanismo de las ciudades actuales es un urbanismo diseñado para resolver cuestiones particulares, es un urbanismo que en el peor de los casos nace de intereses especulativos, la ciudad actual se ha convertido en un producto de intercambio y no en la obra de los ciudadanos que en ella vivimos.
Por ello que el urbanismo orgánico, que nace de las necesidades globales (y no locales o particulares), creará ciudades bellas y agradables, en contraposición con los desastres que actualmente crecen como setas en todas las partes del mundo, un mundo dominado por un sistema económico que ha visto en el suelo, en la ciudad y en la construcción de edificios un medio idóneo para la obtención de plusvalías económicas a corto plazo.
Las bases de un urbanismo orgánico serán: diseñar ciudades y espacios para el ciudadano, luchar contra la especulación urbanística, potenciar el crecimiento de las ciudades desde un uso del suelo eficiente, es decir, estudio de densidades óptimas, mezcla de usos, ciudades socialmente equilibradas, eliminación de guetos. En definitiva, ciudades que vuelvan a ser contenedores de la vida urbana.
Rafael García Suárez, arquitecto urbanista.
El urbanismo orgánico
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