Una cubierta de cobre al lado de una cubierta geodésica
Una cubierta de cobre al lado de una cubierta geodésica. En el pueblo minero de Saint Blazey, en Cornualles al suroeste de Inglaterra, se levantó un impresionante invernadero cerca de donde existía una antigua mina de arcilla. Un invernadero que contiene alrededor de 1 millón de especies de plantas diferentes, un recuerdo de lo que se supone que fue el legendario jardín del edén, que según la Biblia albergaba a todas las plantas agradables a la vista y que se podían comer.
Pero este grandioso complejo, no sólo resulta impactante por la gran cantidad de especies de plantas que contiene, sino también por su arquitectura futurista y original. Unas gigantescas cúpulas geodésicas de 18 a 65 metros de diámetro formadas por piezas hexagonales que recuerdan a los panales de abejas, son las encargadas de cubrir toda la superficie. Una cúpulas que por la noche se iluminan de colores ofreciendo un espectáculo impresionante
El Eden project y su ampliación. Un edificio que usa el cobre como elemento de cubación.
En el año 2005 se amplió el invernadero con un edificio anexo llamado Core, cuya función era albergar un centro educativo destinado a difundir los valores ecológicos de sostenibilidad medioambiental y enseñar acerca de la naturaleza.
Una cubierta de cobre al lado de una cubierta geodésica
Resultaba complicado competir con las formas de las cúpulas, por lo que los arquitectos Nicolas Grimshaw & Parteners de Londres optaron por continuar con la idea de formas basadas en la naturaleza, y en la construcción del nuevo edificio se basaron en un tronco central sobre el que se iban extendiendo unas estructuras de madera revestidas de cobre en forma de espiral de dentro hacia fuera, configurando una cubierta que finalmente tocaba el suelo en tres puntos.
El diseño del techo se basa, por lo tanto, en las llamadas espirales de Fibonacci, un patrón matemático resultante del análisis de las formas naturales de los girasoles, las piñas, y los cormofitos.
Los arquitectos optaron por el uso del cobre, un material muy dúctil y maleable, que no ha sido muy empleado a lo largo de la historia en arquitectura, pero que presenta unas cualidades y virtudes tremendamente interesantes para todo tipo de proyectos. El cobre es un metal de alta conductividad térmica, muy interesante para resolver envolventes ventiladas, actuando como un buen captador de calor en el caso de cubiertas, siempre y cuando se emplee correctamente. Aunque el cobre es también muy apreciado por diseñadores y arquitectos por sus distintas tonalidades, que pueden ir desde los ocres y marrones a los azules y verdes.
Como la mayoría de los metales, su uso la construcción, aunque en principio pueda resultar muy costoso, es muy interesante desde el punto de vista del reciclado, lo que le hace un material muy adecuado para todo tipo de usos, ya que tras la vida útil de cualquier edificio, puede ser reciclado y utilizado de nuevo en otra construcción.
Los metales, y entre ellos el cobre, no son tan inviables ecológicamente como se piensa. Por ejemplo, el aluminio, un metal mucho más empleado en la industria de la construcción, cuando se utiliza en su forma de material reciclado, tiene unos costes ecológicos y de producción muy bajos, comparados, por ejemplo, con cualquier tipo de material sintético como los plásticos.
Arquitectos autores del proyecto de ampliación del Eden Project. Nicolas Grimshaw & Parteners
Una cubierta de cobre al lado de una cubierta geodésica
El Eden project y su ampliación. Un edificio que usa el cobre como elemento de cubación.