La típica casa del Madrid antiguo. La corrala

La típica casa del centro de Madrid. La corrala.  La cerca que construyó Felipe IV en el siglo XVIII para controlar el paso de personas y mercancías en Madrid, hizo encarecer el suelo, a lo que hay  que sumar la regalía de aposentos, y por consiguiente las casas a la malicia.  Todo ello hizo aumentar enormemente la necesidad de espacio para vivienda, y con ello, el auge de una tipología edificatoria y social nueva: la corrala.

Se piensa que las primeras corralas son de la primera mitad del siglo XVII, no conociéndose su localización determinada. En definitiva, las corralas son una tipología constructiva que tiene su origen en el fenómeno especulativo. Las corralas llegaron incluso a tener hasta nueve plantas, y su estructura suele ser bastante parecida en todos los casos.

La típica casa del centro de Madrid. La corrala. Descripción de esta típica tipología edificatoria de la ciudad de Madrid

Hasta el plan Castro del ensanche de Madrid en 1860, la cerca construida para 70.000 personas asfixiaba a  200.000 madrileños, que vivían hacinados en edificios compartidos por muchos inquilinos, muchos de ellos eran corralas.

La corrala tiene su origen en la casa hidalga Castellana, con dos plantas y un patio interior central, con galería de estructura de madera sobre zapatas, a la  que daban las distintas habitaciones. Éstas a su vez, tiene su antecedente en las casas granadinas del periodo nazarí.

Para Manuel de Terán, en el siglo XVI, determinadas gentes decidieron ocupar palacios abandonados, naciendo así el concepto de Corrala que es aparte de todo, un concepto sociológico, ya que parte de la idea de compartir un edificio por parte de varios inquilinos.

Una corrala tiene un patio central de dimensiones importantes y una galería que sirve para dar acceso a distintas viviendas. En principio, la fachada exterior no muestra la verdadera distribución interior, por lo que a simple vista puede pasar desapercibida a los ojos del viandante.

Dependiendo de la forma del corredor se establecerán distintas tipologías de corralas: en galería, dos galerías, en C y en anillo, que es la más antigua. La mayoría de  las corralas tienen su origen en los edificios conventuales. Una de las más documentadas es la de la calle del Espino número seis, se trata de un ejemplo con cuatro plantas y 54 viviendas de alquiler, un retrete y una fuente en cada planta.

Desde el punto de vista constructivo, la corrala tiene una estructura de pie derechos de madera cada 2 o 3 m. Los muros son de ladrillo o incluso, en ocasiones, de adobe.

Siempre existe una fuente, bien adosada al patio o bien exenta. En ocasiones, se añadían baterías de inodoros en una esquina. Uno de los elementos característicos de las corralas son los cubos de piedra caliza en el patio, que se utilizan para hacer astillas.

En general, todas las viviendas son de pequeñas dimensiones, entre 20 y 40 metros, aunque las viviendas que dan a la calle suelen ser de mayor tamaño.

En este tipo de edificios, las viviendas interiores no solían tener puertas en los muros, y las entradas se solían separar mediante cortinas. De esto se deduce que las corralas no eran lugares con gran intimidad. Todo estaba la vista o por lo menos al oído.

Hoy en día existen alrededor de 400 corralas en la ciudad de Madrid, no todas ellas en igual estado de conservación. Aunque es cierto, que existe una importante tendencia hacia la rehabilitación de este tipo de edificios para su adaptación a usos más modernos.

Una corrala supone hoy en día una opción para vivir para aquellos que quieren estar en el centro de Madrid y además ser partícipes de la conservación del patrimonio arquitectónico histórico de la ciudad de Madrid.

®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa