La inercia térmica en la construcción. Parte II
La inercia térmica en la construcción. Parte II. En la primera parte de este artículo hemos hablado de la inercia térmica, y terminamos diciendo que existen dos variables muy importantes a la hora de elegir un material u otro dependiendo de las condiciones de uso que vamos a tener en un determinado local. Estas dos variables son la difusividad y la efusividad térmica.
Pusimos como ejemplo el caso de un local que queríamos calefactarlo para usarlo durante dos horas, vimos que si teníamos unos cerramientos con una gran inercia térmica podría darse el caso de que tardásemos en calentar el local muchas horas, y si al final sólo lo fuésemos a utilizar durante un corto periodo de tiempo, lo que supondría un gasto energético innecesario.
La inercia térmica, la efusividad termica y la difusividad termica. Cómo aprovechar la inercia térmica de los materiales
La difusividad térmica incorpora la inercia térmica, cuantificada por la densidad y el calor específico del material y la conductividad térmica, midiendo de esta manera la velocidad del calentamiento. Los materiales con altas difusividades térmicas será materiales de calentamiento rápido.
Pero le hecho de que un material se caliente rápido o despacio, en determinados casos, no va solucionar los problemas que tenemos en cuanto a la climatización de los locales y los espacios interiores. Podemos calentar un local rápidamente, y a la vez perder ese calor de manera inmediata porque el material no sea capaz de acumularlo.
La efusividad térmica indica la capacidad efectiva que ofrecen los materiales para acumular el calor, el material ideal es aquel con gran inercia térmica y que mueve la energía con facilidad para calentase y ceder el calor rápidamente. Desde el punto de vista bioclimático, los materiales con alta efusividad térmica son los ideales.
Mucha gente piensa que un muro muy ancho es sinónimo de un buen aislamiento térmico y alta eficiencia energética, pero quizás no sea del todo cierto. Pongamos un ejemplo, imaginemos un cerramiento con un muro de hormigón de 20 cm al exterior, una cámara de aire, un material aislante de 10cm y un trasdosado de panel de yeso. Si calentamos el interior del local hasta conseguir una temperatura de 22°, necesitaremos una determinada cantidad de energía para calentar este local, como tenemos un buen aislamiento no perderemos calor a través del muro hacia el exterior. Al tratarse de un cerramiento que tiene una baja efusividad térmica (ya que en realidad la existencia de un aislamiento hace que el calor no se trasmita al muro de hormigón), conseguiremos calentar el aire de la habitación, pero no el muro de cerramiento capaz de acumular energía (el muro de hormigón), en realidad lo que estará caliente es el aire de la habitación. Una vez apaguemos la calefacción, el calor del aire se irá perdiendo por efecto de la ventilación con otros cuartos o con el exterior. Durante la noche, cuando apaguemos la calefacción, el local rápidamente perderá calor y por lo tanto bajará la temperatura. Toda la energía que hemos invertido en calentar el local ha producido un calor que no hemos conseguido retener.
En conclusión, los mejores materiales para acumular el calor rápidamente son los metales, sin embargo, es posible que la construcción con este tipo de materiales no resulte económicamente viable, salvo en casos singulares.
La inercia térmica parte I. La inercía térmica
La inercia térmica parte II. Difusividad y efusividad térmica
®redactado por equipo editorial de construcción.vilssa
La inercia térmica en la construcción. Parte II
La inercia térmica, la efusividad termica y la difusividad termica. Cómo aprovechar la inercia térmica de los materiales