La industria de los pesticidas no tiene nada que ver con la desaparición de las abejas

La industria de los pesticidas no tiene nada que ver con la desaparición de las abejas. La industria de los pesticidas y fertilizantes no ha dudado en declarar que no hay ninguna relación entre la desaparición de las abejas y la utilización de productos químicos en los cultivos. Claro que no encontramos la razón por la que las abejas están reduciendo su población, claro que no tenemos datos concluyentes que relacionen directamente los pesticidas con la disminución de población de abejas, claro que no tenemos ni idea de qué está pasando, pero de ahí a echar balones fuera hay un gran diferencia.

No vamos a hablar de la problemática actual que existe en torno a la disminución de la población de polinizadores como las abejas, tan importante para los cultivos y por lo tanto para  la alimentación de las personas que poblamos el planeta, no queremos hablar de eso hoy, lo que queremos denunciar es la actitud tan estúpida de determinados sectores del sistema económico.

Por qué están desapareciendo las abejas. ¿Tienen algo que ver los pesticidas?

En su día, cuando las gasolinas contenían cierta cantidad de plomo, las industrias petrolíferas invirtieron una inmensa cantidad de dinero en contradecir los incipientes estudios que demostraban que el plomo utilizado en la mezcla de gasolina ocasionaba graves problemas de salud. La presión era económica, personal y amenazadora hacia los investigadores que invertían su tiempo y su vida en analizar el problema. Se tardó mucho tiempo en conseguir que las autoridades tomasen cartas en el asunto y  terminasen prohibiendo el uso del plomo en las gasolinas.

Cómo es posible que lleguemos a tal grado de estupidez. Si le preguntásemos a un niño no lo entendería, es muy sencillo, si hay indicios que pueden  hacernos pensar que alguna actividad humana puede hacernos daño, un niño evidentemente te dirá que la solución es muy sencilla, para la actividad. Ahora bien, un adulto, sopesará otra serie de variables, variables que casi siempre tienen que ver con interés particular y no con el bien colectivo, y al final terminará actuando de una forma absurda y a veces incoherente, en el peor de los casos dañina.

La industria de los pesticidas no tiene nada que ver con la desaparición de las abejas. 

Lo que no tiene ningún sentido, en el caso que nos ocupa, es que las industrias de los pesticidas y fertilizantes den la espalda al problema. Lo lógico sería que fueran estas propias industrias las que invirtieran gran cantidad de dinero en todo tipo de investigaciones para averiguar cuál es la verdadera causa de un problema que afecta a toda la sociedad, que busque posibles soluciones y sobre todo que abandonase la necedad. Pero claro, en un sistema donde prima el interés particular, la máxima que predomina es: primero yo y luego los demás.

Lo que raya el absurdo es que sin tener ni siquiera una prueba evidente, la primera respuesta de las grandes empresas del sector de los fertilizantes y pesticidas sea decir que ellos no tienen nada que ver y que no hay estudios concluyentes que demuestren lo contrario. Claro que no los hay, porque si los hubiera y supiéramos cuál es la razón real de porqué están desapareciendo las abejas ya se habían tomado medidas a nivel administrativo.

Lo de dar  la espalda a los problemas es una actitud muy humana. Cuando somos pequeños nos enseñan a ser transparentes y sinceros, y si cambiamos nuestra actitud frente a la vida cuando nos hacemos mayores es porque muchas veces terminamos dándonos cuenta que siendo honestos y sinceros solemos salir muy perjudicados en nuestra vida cotidiana. Al final, la sociedad premia al canalla, al listo y margina al humilde y al sincero, llegándole a tildar de tonto. Así que no es de extrañar que  el gran lobby de las industrias pesticidas y fertilizantes actúen de esta manera, seamos realistas:

Si industria de los pesticidas y los fertilizantes promueve un estudio para analizar por qué disminuye la población de abejas y en este estudio se concluye que una de las causas fundamentales se debe al uso de estos productos químicos en los cultivos, ya está, la opinión pública se pondrá en contra del uso de estos productos, y no atenderá a más razones, se habrá encontrado un culpable y se demonizará hasta acabar con él. Así pués, no es extraño que la industria de los fertilizantes y pesticidas en la agricultura actúe  de esta forma tan defensiva.

Lo triste es que la consecuencia de esta actitud moral tan extendida de la sociedad de los seres humanos puede traer consecuencias nefastas, y esperemos que cuando realmente se superen todas las trabas que ponen las grandes grupos de presión y se pueda investigar libremente cuáles son las causas de la desaparición de las abejas, sin miedos ni presiones, no sea demasiado tarde. 

El ser humano es tan ignorante y necio a la vez que nos hemos olvidado que en la historia de la tierra han habido cinco grandes cataclismos que ha provocado la extinción de numerosas especies de seres vivos, A ver si la siguiente catástrofe es provocada por el hombre y supone nuestra extinción. Pero no te preocupes, si queda alguien vivo rápidamente le echará la culpa a otro y  tema zanjado: yo no he sido.