Utilizar el bloque de hormigón en la construcción

Utilizar el bloque de hormigón en la construcción. Para edificios de alturas no superiores a cuatro plantas, se puede trabajar con bloque de hormigón siguiendo los preceptos constructivos aplicables a las estructuras de fábrica de ladrillo, siendo recomendable armar interiormente la pared de bloque y arriostrar y evitar construir con este sistema en zonas de riesgo sísmico superior a 8. Posteriormente también se puede utilizar cemento visto para acabar las paredes exteriores y dar sensación de continuidad, controlando las juntas en caso de grandes distancias. Para los muros doblados o de capuchina, se han de utilizar llaves de unión entre los muros para facilitar su arriostramiento y para que trabajen conjuntamente las acciones.

La tipología de bloques de hormigón es variada, por lo que su calidad superficial también lo es. Así, en el momento de su elección se deberán tener en cuenta diferentes factores, pero principalmente el estético en el caso de que el bloque vaya a quedar visto, por lo que es interesante escoger un tipo de bloque que mantenga una calidad superficial y de aristas muy alta independientemente del mortero empleado, gris, de cemento blanco y árido de mármol o coloreado. Aparte de los bloques más corrientemente utilizados como son los de cara lisa, existen otros tipos que permiten ampliar esta técnica constructiva a nuevos órdenes, como los Split, Diamante, Hi-Lite, GER o Rudolph, que harán variar los aparejos y, por lo tanto, las soluciones constructivas.

Utilizar el bloque de hormigón en la construcción

El bloque de hormigón es una pieza rectangular prefabricada con dos o más celdas de paredes delgadas, motivo por el que es muy fácil trabajarlo en obra. Se elabora a partir de morteros y hormigones de consistencia seca (de árido pequeño) comprimiéndolos y haciéndolos vibrar en moldes metálicos. Se puede colocar visto, pulido o sin pulir (éste último se utiliza generalmente para revestir).