Los barrios degradados. Las favelas

Los barrios degradados. Las favelas. El fenómeno de los barrios degradados no es actual, desde el inicio de la revolución industrial se produjo una emigración masiva del campo a la ciudad, este aumento radical de la población urbana ocasionó un aumento de la densidad de población y conllevó una serie de problemas habitacionales de difícil resolución por parte del gobierno de la ciudad.

En el  siglo XIX, en  París, el barón Haussmann promovió una reforma integral del centro de la ciudad que algunos han interpretado como una forma de limpiar y desplazar a determinadas clases sociales desde unos determinados barrios a la periferia.

Los barrios degradados. Las favelas. Los problemas de la segregación en las ciudades

En realidad, la intención última de este tipo de actuaciones y planes fue, ha sido y será  la de  lavar la cara, adecuar la ciudad a los gustos de algunos, y sobre todo, la de negar los problemas que genera la sociedad industrial y la vida en las grandes ciudades.

Los países del primer mundo actúan cual cirujanos en sus ciudades, y ya hace mucho que las limpiaron y ‘sanearon’, desplazando a las zonas más degradadas de la ciudad,  a aquellos grupos sociales más vulnerables y, porque no decirlo, poco rentables para la economía de consumo de las grandes ciudades.

Pero hoy en día, siguen existiendo actuaciones al estilo del barón Haussmann en ciudades de países en vías de desarrollo, actuaciones que son siempre respaldadas por intereses económico-financieros de las clases poderosas que ven en el suelo la posibilidad de especular y aumentar las plusvalías de negocios inmobiliarios. Y para ello, basta con vender  una idea, una idea simple: limpiar esa parte de la ciudad que a los ojos de los visitantes parece sucia, peligrosa, insegura, subdesarrollada… una idea que penetra en la clase media, que se convierten en testigo y cómplice de actuaciones, que la mayoría de los casos, suponen el desalojo y expulsión de cientos de miles de ciudadanos. Se estima, por ejemplo, que en 1995 se expulsaron 1 millón de ciudadanos de la ciudad de Rangún (Birmania).

Las cuartadas son varias, a veces se utilizan grandes acontecimientos como son los Juegos Olímpicos, los mundiales de fútbol, exposiciones universales, etc… para llevar acabo este tipo de planes y desalojos.

A diferencia de lo que sucedía en el siglo XIX y siglo XX, en algunas ciudades del siglo XXI, lo que se está produciendo es una vuelta al centro de la ciudad, pero como siempre, en este caso el desalojo se producirá de la misma forma, los que hoy desalojan los centros de las ciudades son los grandes intereses comerciales, que han encontrado en la ciudad turística su centro de operaciones, y por supuesto, todo aquel que pueda suponer un estorbo al interés ‘general’, en este caso el comercio, será expulsado a otras zonas.

La cuestión es definir que es un barrio degradado, qué son las favelas. Las favelas no puede ser un saco sin fondo donde metamos todo aquello que no nos guste, las favelas no son un adjetivo que le ponemos  a todas las zonas degradadas sin saber porqué lo están, o simplemente una excusa que utilizamos para reconvertir un barrio o una zona en otra cosa, expulsando a los que en ellas viven amparándonos en la idea globalizada, según la cual, una favela es sinónimo de suciedad, inseguridad, lo feo y lo maligno. Sólo hay una cosa cierta, una favela es pobreza, y la pobreza hay que eliminarla, pero no eliminándola a los que la sufren.

Si quieres profundizar sobre el problema de las favelas, te aconsejamos el libro titulado planeta de ciudades miseria de Mike Davis.

®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa