Las pérgolas: una solución sencilla para crear espacios diferentes
Las pérgolas: una solución sencilla para crear espacios diferentes. Una de las maneras más comunes de acotar un espacio exterior, sin necesidad de hacer grandes obras, es instalando una pérgola, construyendo un gazebo o colocando una pequeña cubierta.
Las diferencias fundamentales entre los tres sistemas radican en su complejidad constructiva y sobre todos en su flexibilidad. Los gazebos son construcciones fijas con cierta entidad que casi pueden considerarse pequeñas cabañas de no ser porque suelen ser espacios abiertos sin huecos de ventana, las cubiertas son estructuras que necesitan apoyos rígidos que garanticen la estabilidad del conjunto y no permiten la movilidad y por último, las pérgolas son sistemas livianos, de fácil montaje y que permiten cierta flexibilidad al incorporar en la cubierta lamas móviles o toldos.
Las pérgolas: características fundamentales de las pérgolas. Cómo elegir una pérgola
Las pérgolas: una solución sencilla para crear espacios diferentes. Una pérgola es una pequeña estructura abierta por tres o cuatro de sus lados, que tiene como objetivo fundamental protegernos de la lluvia, del viento y acotar un pequeño espacio en el exterior de nuestros edificios. Las pérgolas se usan en terrazas exteriores, bares, restaurantes, aparcamientos, etc…
¿Qué condiciones debe cumplir una pérgola y cómo elegir la mejor solución a nuestras necesidades?
-Una pérgola tiene que ser un elemento flexible y ligero, de fácil instalación y lo más abierto posible.
-Los materiales deben ser resistentes y ligeros. Es muy frecuente utilizar la madera y todo tipo de materiales metálicos. Lo más conveniente es usar materiales que resistan bien las inclemencias del tiempo, sobretodo la humedad, por ejemplo, el acero inoxidable.
-Si es posible, la cubrición de la parte superior de la pérgola debe ser móvil, de esta manera podemos regular su posición y aprovechar de manera más eficiente la luz y protegernos de una excesiva radiación solar.
-Los puntos más delicados de una pérgola son los elementos de cubrición y los anclajes. Los elementos de cubrición deben estar bien anclados para evitar que el viento los pueda arrastrar. Los elementos de sujeción al suelo deben garantizar la estabilidad. Nunca se debe anclar una pérgola a un terreno natural sin haber realizado previamente un pequeño dado de hormigón que sirva como cimentación.
-Todas las pérgolas deben disponer de un sistema de evacuación de agua, bien sea por rebose por uno de los lados o por canalización. En el caso de rebosamiento por uno de los lados se debe considerar el diseño de la pérgola para que no inunde espacios no deseados.
Con estos sencillos consejos ya sabes un poco más de las pérgolas. Recuerda no confundirlas con los gazebos o con los cerramientos de terrazas.
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®redactado por equipo editorial de edificae.vilssa
Las pérgolas: una solución sencilla para crear espacios diferentes
Las pérgolas: características fundamentales de las pérgolas. Cómo elegir una pérgola