El palacio episcopal de Astorga
El palacio episcopal de Astorga. Para el visitante que llega Astorga sin saber de antemano con lo que se va encontrar, detenerse ante el palacio episcopal supone, sin duda, una inquietante experiencia.
El palacio episcopal de Astorga es un proyecto de Antonio Gaudí inacabado. El encargo parte de Joan Baptista Grau i Vallespinós, obispo de Astorga, personaje de fuerte carácter y que influyó mucho en el propio Gaudí.
El palacio episcopal de Astorga, la obra de Antonio Gaudi en León
El palacio episcopal de Astorga fue destruido por un incendio poco antes de que Grau se incorporase a su nueva diócesis. El obispo de Astorga dependía de los fondos concedidos por el ministerio de justicia de Madrid, que sufragaba en buena parte las obras a realizar en monumentos nacionales, y decidió contratar al arquitecto paisano suyo de Reus, Antoni Gaudí, quién no gozó de total autonomía, ya que su proyecto debería ser revisado por una comisión de expertos de la academia de bellas artes de San Fernando.
Gaudí no visitó Astorga previamente para realizar el proyecto, aunque se esforzó en respetar el entorno, su primera aproximación para el Palacio Episcopal resultó rechazada, tanto por el propio Obispo como por los expertos de Madrid. Haciendo gala de gran flexibilidad, Gaudí cambió el proyecto del palacio episcopal de Astorga tras el verano de 1888. El arquitecto proyectó un palacio fortificado, con cierto aire gótico, elementos barrocos y dimensiones excesivas, que pueden restar importancia a la catedral que se alza al lado. Las obras se comenzaron en 1889, en el día de San Juan.
La imagen del palacio episcopal es pintoresca y por lo menos exuberante, y sin duda no debió pasar desapercibida para los Astorganos acostumbrados a las tradiciones castellanas. Gaudí visitó Astorga en una docena de ocasiones para supervisar las obras del palacio, y en cierta ocasión, protagonizó un auténtico espectáculo para los lugareños:
El elemento más característico del edificio es la entrada principal, que parece inclinarse hacia delante desde la fachada para sostener una gran balconada, el problema constructivo radicaba en diseñar un andamiaje que permitiera levantar los bloques de piedra. El andamiaje se hundió varias veces y Gaudí tuvo que intervenir. El arquitecto dirigió los trabajos de obreros y artesanos en medio de grandes aspavientos, como si quisiera levantar el andamiaje por la pura fuerza de su voluntad. La estructura volvió a ceder y Gaudí volví a empezar de nuevo. Finalmente, en lo que todos debieron ver como una prueba de voluntad y de demostración de que la fe mueve montañas, la estructura se mantuvo en su lugar, permitiendo levantar la entrada. Esta anécdota hizo que Gaudí fuera visto como una especie de Hércules legendario, y que los obreros se fundiera en un conmovido abrazo al terminar el pórtico de la entrada.
La construcción del palacio episcopal de Astorga no estuvo exenta de algunos problemas, entre ellos la falta de dinero, al que Gaudi guardaba cierto recelo desde joven. Los clientes del arquitecto habían sido siempre personas acaudaladas, los Güell o los Comillas, Manuel Vicens o Máximo Díaz de Quijano. En Astorga, Gaudí se vio enfrentado por primera vez con los problemas de las prácticas contables del estado, que era quien pagaba el palacio episcopal.
Las obras continuaron hasta la muerte del obispo Grau, que murió tras un pequeño accidente en 1893, lo que hizo que Gaudí presentará su renuncia como arquitecto del palacio episcopal. Esto hizo que la obra no se terminara hasta 1914. Actualmente el palacio episcopal de Astorga es el museo de los caminos, y nunca llegó a ser residencia de obispos.
Fuente fotos: pinterest
®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa
El palacio episcopal de Astorga
El palacio episcopal de Astorga, la obra de Antonio Gaudi en León