Decorar una casa vieja
Decorar una casa vieja. En este artículo vamos a hablar de cómo decorar una casa vieja. Imaginemos que nos tenemos que trasladar a vivir a otro lugar y la única alternativa es alquilar una vieja casa, que sin llegar a estar en ruinas, si que se encuentra en un estado muy deteriorado.
En este caso tendremos dos alternativas, la primera consiste en encargar la completa restauración de la casa, y comprar nuevos muebles. Podremos decorarla a nuestro gusto y con el estilo que más nos guste. Aunque es una alternativa posible, quizás sea la más cara y la menos atractiva.
Decorar una casa vieja, aprovechar una casa vieja, reformar una casa vieja
Pero tenemos una segunda opción, que aunque más complicada que la primera, es mucho más gratificante y posiblemente, más económica. Esta opción consiste en aprovechar lo existente para decorar nuestra vieja casa y adecuarla a las necesidades de nuestra vida cotidiana.
Hay una tercera opción, que sólo vamos a mencionar como alternativa para los más conformistas, dejarla como está y vivir como podamos…..
En fin, en este momento nos interesa plantear la segunda opción, porque resulta la más interesante y sobretodo, supone un esfuerzo desde el punto de vista del diseño y el ingenio. ¡Vamos a aprovechar todo lo que podamos!
Cada uno tendrá un amplio abanico de posibilidades y opciones, nosotros vamos a partir de una propuesta, la casa de las fotografías (una vivienda de piedra de Connemara en Irlanda).
En principio, la manera de plantearnos una remodelación en una casa de este tipo, partiría de intentar aprovechar todo lo posible. Estos serian nuestros principios fundamentales para afrontar este bonito reto de decorar una casa vieja:
-Haríamos una limpieza a fondo de todo los elementos de la vivienda. Las paredes las picaríamos hasta encontrar la piedra (podríamos utilizar chorros de arena), haríamos lo mismo con los suelos y techos.
-Una vez limpio, quitaríamos aquellas piezas que no son aprovechables, por ejemplo: ventanas o puertas. Es importante sustituir aquellos elementos que aunque no estén muy deteriorados puedan suponer una penalización para el uso futuro de la vivienda (unas ventanas mal aisladas supondrán grandes pérdidas de calor)
-Elegiríamos un elemento protagonista, es decir, un elemento que vaya a dotar a todo el espacio de una personalidad única, por ejemplo, una pared, un suelo, etc… y le daríamos importancia reparándolo, volviéndolo a barnizar, etc…. Incluso podríamos decidir sustituir el suelo por uno nuevo. De esta forma toda la estancia adquiere gran fuerza y ya no da la sensación de ser un espacio viejo y deteriorado por nuestra dejadez o falta de recursos, sino que se convierte en un espacio donde nosotros hemos decidido que lo viejo y gastado sea el protagonista y esté al mismo nivel que lo nuevo (por ejemplo el nuevo suelo que hemos colocado)
-Los complementos. Los complementos tienen que estar en concordancia con el resto de la estancia. Si colocamos una moderna mesa, modernas sillas y una estantería de diseño en las habitaciones de las fotografías, rápidamente podrás imaginarte el resultado (un desastre). Aunque sin embargo, si colocas sólo una mesa moderna quizás consigas el mismo efecto que con el suelo nuevo, es decir, logras un contraste muy interesante. ¿dónde esta el equilibrio? El equilibrio de lo nuevo con lo viejo debes descubrirlo tu mismo, aunque un consejo práctico es que sólo uses un recurso (un suelo nuevo, una mesa moderna, o cualquier otro elemento), el resto tienen que estar limpio y mostrarse tal y como es: con sus huellas del pasado y del uso. Tienes que mostrar un espacio sin complejos, orgulloso de si mismo.
®redactado por equipo editorial de decoración.vilssa
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