Arte. Catedral de Santiago

Arte. Catedral de Santiago. La catedral de Santiago tiene sus orígenes en la basílica del San Salvador, una iglesia mandada construir por el rey Alfonso II el casto en honor del  apóstol Santiago.

Después de los saqueos por parte de Almanzor, el obispo Diego de Peláez decide levantar la catedral en el año 1075. La construcción de las grandes iglesias eran financiadas por la población y  la burguesía.  Durante el siglo XIV y el siglo XIV Santiago sufrió frecuentes revueltas de campesinos que desataron numerosas luchas y conllevaron grandes depresiones y épocas de crisis, lo que retrasó considerablemente las obras.

Descripción de la catedral de Santiago. Un destino para miles de peregrinos

La catedral de Compostela ocupa una superficie de  8000 m². Según el códice Calixtino sabemos que ya en el siglo XII tiene nueve naves inferiores y seis superiores. La primera y principal es la que se extiende desde la puerta principal hasta los cuatro pilares centrales que sostiene la iglesia, y a sus lados tiene dos naves pequeñas.

Las tres grandes naves se cubren con bóvedas de medio cañón sobre arcos fajones que se apoyan sobre los capiteles de las pilastras, y las bóvedas de las naves laterales son de arista entre fajones.

Lo más impresionante de la catedral de Compostela no es el interior, sino el exterior, sus magníficas portadas. La que mira al occidente es el pórtico de la gloria, realizado por el Maestro Mateo en el año 1188. Originalmente los relieves eran policromados, hoy en día sólo quedan algunos restos de pintura, en el parteluz de la portada central está representado Santiago con el Cayado de peregrino.

Precediendo a este pórtico se encuentra la famosa fachada del Obradoiro, obra del siglo XVIII de Fernando casas y Novoa. Este arquitecto, tomando como punto de partida la torre de las campanas levantada en el siglo XVII, proyectó la actual fachada al modo de un inmenso retablo dedicado al apóstol.

La portada que mira a mediodía se abre en la fachada de platerías, que se construyó en el siglo XII. De ella se conservan los tímpanos en su estado primitivo, aunque algunas imágenes han sido restauradas.

La portada que mira a norte, hoy en día son dos: una es  el pórtico real en la fachada de la Azabachería, y la otra la llamada puerta Santa. La primera es un ejemplo de barroco compostelano, obra de José de la Peña de Toro y la segunda es de principios del siglo XVII, y está decorada con piezas románicas procedentes del antiguo coro catedralicio.

El interior de la catedral nos muestra un románico austero y sobrio. La planta, es la típica planta de cruz latina. Las naves están separadas por arcos de medio punto sobre pilares de planta cruciforme. Sobre el crucero se alza una cúpula de 32 metros de altura construida entre el año 1384 y el año 1445.

Uno de  los elementos más característicos de la catedral de Santiago es el botafumeiro, cuya finalidad original era perfumar el cargado  ambiente producido por la muchedumbre que visitaba el templo.

La catedral de Santiago es una muestra de la arquitectura románica, con elementos de arquitectura gótica como es el claustro, decoraciones propias del renacimiento y una magnífica fachada barroca. Una combinación de estilos donde predomina sobre todo, la arquitectura románica, que es la que le dió forma y sentido a todo el conjunto.

@redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa