Cómo podrían cambiar las ciudades después de la pandemia.

Distanciamiento social, distancia de seguridad, uso de la mascarilla, incremento de la higiene o quédate en casa, son varios de los postulados que tanto hemos escuchado durante los últimos meses. Y es que nadie se esperaba que las cosas fueran a ser como han sido. Nadie se planteó que fuera posible detener todo por tanto tiempo y que la única manera de frenar la curva fuera no haciendo más que quedandote en casa, no mezclarte con la gente, separarte lo más posible y lavarte mucho las manos.

Estas nuevas actividades cotidianas se ven reflejadas en el nuevo uso que le dimos a nuestras viviendas, que se convirtieron en salones de clase, oficina, gimnasio, espacio de ocio, restaurante, y demás. Pero también pone en evidencia que ni nuestra arquitectura ni muchas de nuestras ciudades están preparadas para este tipo de fenómenos.

La ciudad post pandemia será posiblemente aquella que busque recuperar algunos elementos del urbanismo del siglo XIX  y principios del XX de amplias avenidas y grandes parques, la mezcla de usos, el comercio de proximidad, la vida dentro del barrio. Pero también la ciudad bien conectada, "smart" con aplicaciones que nos permita resolver todo lo posible sin movernos de casa (si fuera necesario), la que tiene carriles bici y menos coches. Aceras amplias y arboladas, y aire con menos contaminación.

La pandemia Covid-19 ha puesto en tela de juicio muchas de nuestras costumbres, actividades cotidianas, pero también a la arquitectura y a los modelos urbanos actuales.

HUA HUA Architects ha imaginado una propuesta que puede conciliar personas y espacios públicos, después de Covid-19. El programa Gastro Safe Zone tiene como objetivo despertar negocios gastronómicos estancados mediante la regulación de la comida al aire libre y asegurando las medidas de distanciamiento social requeridas. El primer prototipo ya se instaló en las calles de Brno en la República Checa.

 

Será la ciudad que apueste a priorizar elementos tan básicos como que corra el aire entre los edificios, la ventilación cruzada en las viviendas, y la entrada de luz natural en las edificaciones. 

Hemos dado por sentado muchas cosas. Nunca habíamos apreciado más los balcones, terrazas, patios, cubiertas y demás espacios que nos permitieran disfrutar del exterior, sin estar forzados a acercarnos a otras personas.

 

HUA HUA Architects ha desarrollado una iniciativa de cuadrícula espacial que transforma los espacios públicos en zonas seguras y definidas, donde las personas pueden comer afuera sin propagar el virus, con el propósito de regular la alimentación al aire libre. 

 

Es posible que se convierta en una ciudad donde prime el individualismo por miedo a contagiarnos, sin embargo, según se van haciendo concesiones y pasando de fases, vemos cómo lo primero que las personas han tendido a hacer es quedar con familiares y amigos para compartir.

El espacio público, que ha debido de ser abandonado por tantas semanas se convierte en este caso en un gran protagonista, pues nos deja saber que no es suficiente con lo que tenemos. Para mantener la distancia social y al mismo tiempo poder disfrutar de parques, áreas verdes, aceras o parques infantiles necesitamos espacio, que en el esquema actual de muchas ciudades se ha perdido, o es inexistente.

Es posible tener ciudades con media y alta densidad y que aún así no se sienta hacinada, y para ello juegan un papel muy importante el diseño, la composición y la superficie del espacio público. Pero no debemos caer en el error de sobre dimensionarlo, lo óptimo es establecer la superficie necesaria por habitante y que esta se distribuya equitativamente por las ciudades. 

Otro posible cambio para evitar las aglomeraciones es volver al comercio de proximidad a las tiendas de barrio, que aunque tienen menos capacidad para acoger personas, al estar más o menos distribuidos por barrios, nos permiten resolver nuestras necesidades cotidianas sin tener que desplazarnos muy lejos, sin tener que coger el coche y sin tener que juntarnos con otras 200 personas que quieren hacer lo mismo.

Pero el comercio de proximidad ha estado perdiendo la batalla contra las grandes superficies desde hace años. Hay muchas ciudades en el mundo que dependen del automóvil para resolver casi todas sus actividades cotidianas y donde el centro comercial o las grandes superficies son la única manera de acceder al comercio.

La idea de esta nueva ciudad post pandemia, en realidad no es nueva. Viene desde hace décadas definiéndose como la ciudad del siglo XXI, la ciudad para la gente, la ciudad compacta, mixta y compleja, que priorice a los ciudadanos y valore la importancia y utilidad del espacio público.

También esta nueva ciudad puede practicar nuevas medidas a través de técnicas de urbanismo táctico, que permitiría ver cómo modificar ciertos espacios urbanos para esta "nueva normalidad" sin que esto represente un cambio definitivo, en el caso de que cambien las condiciones. 

-Urbanismo tactico calle Londres_FosterLa visión de Foster + Partners ve la calle transformada en un espacio para la comunidad, una arena pública en lugar de una ruta directa. La consolidación del estacionamiento crea una oportunidad para priorizar caminar y andar en bicicleta, el territorio recuperado se puede usar para crear áreas con más vegetación, asientos y un vertedero centralizado de desechos que ayudará a liberar los jardines frontales.

 

Por el contrario, la arquitectua post pandemia cambia parte de los paradigmas actuales de construcción donde los espacios residenciales y de oficinas son cada vez más compactos (aunque funcionales) menos abiertos y donde estamos todos más juntos. En este caso deberían retomarse estrategias pasivas como ventilacion natural cruzada, luz natural, amplitud en los espacios interiores, y posibilidades de acceder a espacios exteriores (terrazas, balcones, patios o cubiertas).

También debe de ser una ciudad hiperconectada, que tenga la infraestructura digital para permitir el teletrabajo a gran escala, y con plataformas de pagos y servicios (públicos y privados) de manera remota. La ciudad que tenga sensores para determinar cuándo recoger la basura o la tecnología suficiente para determinar cuándo un parque, plaza o playa ha cubierto su aforo. En resumen una ciudad que combine elementos tradicionales con otros más novedosos y tecnológicos.

Cómo podrían cambiar las ciudades después de la pandemia.

La pandemia Covid-19 ha puesto en tela de juicio muchas de nuestras costumbres, actividades cotidianas, pero también a la arquitectura y a los modelos urbanos actuales.