22 de Abril: Día de la Tierra.
La celebración del "Día de la Madre Tierra" se hace en muchos países desde 1970 con el propósito de crear una conciencia común a los problemas asociados al uso irracional que los seres humanos hacemos de los recursos que nos brinda nuestro planeta, tales como: sobrepoblación, contaminación, depredación, deforestación, entre otros. Es un día para rendir homenaje a este que es nuestro hogar, y para crear consciencia sobre los peligros que tiene el no cuidar lo que tenemos.
Los últimos meses de 2019 fueron caracterizados por una creciente actividad reivindicativa de los más jóvenes ante el planeta que las anteriores generaciones les han heredado. Pudimos ver como desde todos los continentes los jóvenes proclamaban que había que hacer algo ya, tomar acciones reales para llevar una acción seria en la lucha en contra del Cambio Climático.
En ese momento veíamos como algo inverosímil que en poco tiempo los países se comprometieran seriamente en darle un parón al sistema productivo actual, para buscar alternativas más amigables con el medioambiente.
Usualmente se trata de un día para recordar todas las bondades que nuestro planeta nos brinda, pero que no sabemos aprovechar. Pero este año es distinto, el COVID-19 se ha convertido en un aliado silencioso del combate contra el Cambio Climático.
Lo que no nos imaginábamos en ese momento es que unos meses después apareciera un virus que paralizaría a todo el mundo, y ralentizaría de manera estrepitosa la gran maquinaria de producción que tanto daño hace al ambiente.
Las medidas de confinamiento, tanto a pequeña como a gran escala, adoptadas en las grandes ciudades, muchas de ellas pertenecientes a países con una huella ecológica gigante en cuanto a generación de gases de efecto invernadero, nos han dejado imágenes impresionantes.
Las calles prácticamente vacías, con a penas vehículos circulando, las industrias no esenciales cerradas, la bajada en el consumo de energía o la industria del turismo detenida, son elementos que han permitido a nuestro planeta respirar.
Y no es que esta fuera la manera óptima, por supuesto que no afirmamos que toda la desgracia acarreada por este terrible virus fuera necesaria. Han fallecido muchas personas y muchas personas se encuentran en condiciones terribles, pues no hay ninguna certeza de que puedan mantener sus fuentes de ingresos.
Sin embargo, vemos algo de luz dentro de tanta oscuridad, y es que se ha demostrado, de la manera más cruel posible, que sí que hay alternativas para disminuir las emisiones. Se ha demostrado que las prioridades son otras, que la vida es más importante que las banalidades, que muchas cosas que creíamos prioritarias han pasado a ser secundarias.
Gracias a este parón mundial vemos estampas como las torres de Madrid desde Alcalá de Henares (30 km), las aguas de los canales de Venecia cristalinas (hasta se ve el fondo y los peces), o el Himalaya desde la India, a 200 km (imagen que no se apreciaba desde hace 30 años).
A continuación te mostramos algunas de estas impresionantes imágenes:
Cordillera del Himalaya desde ciudad de Jalandhar (al norte de Nueva Delhi).
Aguas cristalinas en los canales de la ciudad de Venecia. Las autoridades de la ciudad indicaron que lo cristalino no se debe a que haya mejorado la calidad del agua sino a que al haber poco tránsito, los sedimentos se han asentado, lo que ha acabado con el tono verdoso que se ve la mayor parte del tiempo. Sin embargo, sí destacaron que la calidad del aire ha mejorado.
Ciudad de Madrid vista desde Alcalá de Henares, a más de 30 km de distancia. Los satélites muestran cómo el aire se ha limpiado de polución primaria, derivada fundamentalmente del tráfico rodado. En concreto, según datos monitorizados y visualizados por Lobelia Earth, Madrid reflejaba a principios de abril un descenso en sus índices de dióxido de nitrógeno (NO₂) de hasta el 40%respecto a un día normal.
Volviendo al tema que nos ocupa, este gran parón mudial ha traído también consecuencias positivas, hemos dado un respiro al planeta y en muchos lugares ha mejorado la calidad del aire y se han puesto en énfasis temas como la seguridad alimentaria y la importancia de la buena buena alimentación y condición física para salir adelante.
Creemos que es una buena excusa para poner atención a lo que de verdad importa: la vida. La lucha contra el cambio climático no es para proteger al planeta, es para proteger la vida sobre la tierra. Para lograrlo es necesario cambiar el chip, e intentar hacer las cosas diferentes. Hay cosas que antes parecían impensables, que por razones de fuerza mayor se han conseguido. Eso demuestra que hay muchas maneras de luchar contra el cambio climático, que solo es ponerse.
Debemos cuidar nuestro planeta por nosotros, por todos los seres vivos y por las futuras generaciones.
22 de Abril: Día de la Tierra.
Usualmente se trata de un día para recordar todas las bondades que nuestro planeta nos brinda, pero que no sabemos aprovechar. Pero este año es distinto, el COVID-19 se ha convertido en un aliado silencioso del combate contra el Cambio Climático.