Medidas antivagabundos en nuestras ciudades.

Medidas antivagabundos en nuestras ciudades. Hay días que te despiertas con noticias realmente llamativas. Leyendo la prensa de esta mañana, nos encontramos con una noticia que no resulta del todo novedosa, ya que parece que se está convirtiendo en una tendencia en muchas de nuestras ciudades, se trata de la implantación de una medida anti vagabundos para evitar que los indigentes duerman en los portales de nuestros edificios.

Medidas antivagabundos en nuestras ciudades.

Como si de palomas se tratase, a los dueños de un inmueble residencial en Londres, concretamente a los vecinos de un barrio de Shouthwark, se les ha ocurrido colocar unos pinchos metálicos en el suelo dentro de los portales.

En Londres, un edificio de viviendas de lujo coloca unos pinchos antivagabundos

Estos pinchos anti vagabundos, como se conocen en la ciudad del Támesis, evitan que los indigentes acampen por las noches en estos rincones para resguardarse de las inclemencias del tiempo. 

El alcalde de Londres, Boris Johnson, ha declarado que las púas instaladas en estos pisos de lujo es una idea muy fea, contraproducente y estúpida, pidiendo a los responsables que lo retiren con la mayor brevedad posible.

Naturalmente los propietarios de las viviendas tienen una visión diferente, ya que opinan que estas medidas disuaden a los vagabundos y mendigos de acomodarse en sus lujosos portales, argumentando que la presencia de estas personas es perjudicial ya no sólo por la fea imagen que ofrecen, sino también por motivos de seguridad.

Medidas antivagabundos en nuestras ciudades

Lo cierto es que estas medidas no son nuevas, en otras ciudades se han ido implantando todo tipo de ingenios para evitar que los indigentes encuentren lugares de refugio donde poder pasar la noche, desde pinchos metálicos hasta piedras puntiagudas debajo de los viaductos y puentes de nuestras ciudades.

Estas medidas anti vagabundos ni son nuevas ni se trata de un fenómeno aislado, y probablemente, lo que es más triste, se repetirán de una u otra forma en el futuro.

Los procesos de gentifricación, de expulsión de determinadas clases sociales de un barrio de la ciudad, de limpieza ordenada y camuflada en proyectos de regeneración urbana, y otro sinfín de medidas promocionadas tanto por poderes públicos como privados, se repiten una y otra vez en nuestras ciudades. De hecho, hay muchas similitudes entre un plan de rehabilitación del centro histórico de una ciudad, en el que se limpian las calles, se peatonalizan determinadas zonas para favorecer el comercio y se expulsan a los antiguos habitantes del lugar y  estas medidas anti vagabundos implantadas en los portales de nuestros edificios.

Medidas antivagabundos en nuestras ciudades.

Lo que es triste y lamentable es ver cómo el hombre y la sociedad sigue defendiendo directa o indirectamente una segregación por clases y castas, da igual que se trate de vagabundos o de distintas subclases dentro de un mismo grupo de personas, como por ejemplo sucede en los barrios más lujosos de una ciudad, donde se limita la entrada a personas, que si bien puede pertenecer al mismo grupo social, están un poco por debajo de lo que algunos considerarían su club privado. Así pues, el clasismo se va manifestar siempre de muchas formas, lo que sucede es que suele ser mucho más peligroso y dañino con las clases más desprotegidas de la sociedad.

Nuestra hipocresía nos puede llevar a situaciones tan paradójicas como donar cantidades de dinero a ciertas ONGs durante el día y promover la colocación de medidas anti vagabundos en los portales de nuestras viviendas por la noche.

Lamentablemente nos olvidamos de que el hecho de que existan personas que no tienen un lugar donde protegerse de las inclemencias del tiempo, es consecuencia directa de nuestro modelo social y económico y pocas veces es responsabilidad exclusiva del propio afectado.

Lo que se conoce como gentifricación es algo mucho más serio de lo que parece, y lo más peligroso es que generalmente está camuflado dentro de otro tipo de fenómenos que a simple vista parecen menos impactantes, como puede ser un proceso de regeneración del centro urbano de una ciudad para convertirlo en un lugar de comercio para turismo.

Sin ir más lejos, aunque la noticia de hoy sea las medidas anti vagabundos de la ciudad de Londres, en estos días y meses hemos vivido y vamos a vivir un fenómeno muy parecido en Brasil, donde las celebración del mundial de fútbol y juegos Olímpicos está provocando el desplazamiento de cientos de personas en niveles de  pobreza extrema desde los centros de las ciudades hasta las periferias donde ni siquiera tienen las mínimas medidas de salubridad e higiene. Y todo justificado con la excusa de ofrecer al mundo una imagen “moderna” de Brasil.

Medidas antivagabundos en nuestras ciudades.

En Londres, un edificio de viviendas de lujo coloca unos pinchos antivagabundos