La plaza del coso de Peñafiel

La plaza del coso de Peñafiel. El pueblo  de Peñafiel en Valladolid es conocido por el célebre libro medieval el conde Lucanor, escrito por el Infante don Juan Manuel, quien eligió este pueblo como lugar de retiro para dedicarse a una de sus aficiones preferidas: la escritura.

La plaza del coso de Peñafiel, una plaza diseñada desde el principio para ser lugar de celebración de espectáculos taurinos

Peñafiel fue un pueblo fronterizo en la época de la reconquista a los musulmanes de las tierras de castilla, fue Sancho IV quien lo dona en el año 1282 al recién nacido infante Juan Manuel, que lo amuralla por completo y  la convirtió en su residencia  reconstruyendo su maltrecho castillo, hoy en día monumento nacional. El famoso Castillo de Peñafiel fue iniciado por Sancho Garcés en el año 943 quien lo concibió con una planta  rectangular de 210 × 20 m, de él destaca la torre del homenaje de  30 m de alto y el patio de armas.

La plaza del coso de Peñafiel, una plaza diseñada desde el principio para ser lugar de celebración de espectáculos taurinos

La plaza del coso de Peñafiel no recibe su nombre por casulaidad, ya que desde sus inicios fue diseñada como lugar para celebrar corridas de toros, novilladas y todo tipo de espectáculos taurinos.

La plaza del Coso  mide 75 m por 46 m y está situada en la falda de un monte, aunque también ha sido utilizada como lugar de mercado desde hace muchos siglos, su cometido principal fue siempre ser lugar de celebración de fiestas taurinas, de hecho  aún hoy en día se siguen celebrando corridas de toros o de novillos en ella. Destaca el caserío irregular de tres plantas que la flanquea, con planta baja y dos pisos, y sobre todo las fachadas y los arcos de madera con canes que recogen las cubiertas de teja.

Algunas de las casas tienen entradas muy curiosas, a modo de burladero o refugios que tanto servían como entrada a la casa como lugar de protección para los toreros y novilleros durante las corridas de toros. Las fachadas están horadadas por galerías y balcones, que en la fiesta se convierten en palcos al abrir sus puertas de madera.

Parece que toda la construcción que rodea la plaza estuvo siempre diseñada con intención de servir de graderíos a las celebraciones de la fiesta taurina. Como hecho anecdótico existía lo que se llamaba el derecho de visitas, mediante el cual se obligaba a los propietarios de los inmuebles con fachadas al coso a ceder las habitaciones que daban a la plaza durante las fiestas. También es muy curioso ver cómo se siguen manteniendo el suelo de tierra para celebraciones y corridas.

Cuando tienen lugar estos acontecimientos, se cierran las embocaduras de las dos calles que dan acceso a la plaza, se montan barreras y graderíos de madera y todo queda en  perfecta sincronía para  el uso de la plaza como coso taurino.

Destacan en Peñafiel las fiestas de la Asunción y de San Roque, cuando se lidian toros a pie o a caballo y por la noche se suceden bailes y se queman fuegos artificiales. En  la fiesta del ángel, se hace descender un ángel por una maroma desde la Casa consistorial para quitarle el luto de la virgen al encontrarse con ella.

La plaza del coso de Peñafiel, una plaza diseñada desde el principio para ser lugar de celebración de espectáculos taurinos

fuente fotos:pinterest

®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa

La plaza del coso de Peñafiel

La plaza del coso de Peñafiel, una plaza diseñada desde el principio para ser lugar de celebración de espectáculos taurinos